Tomarte

Ando tomando mucho té
porque a mi viejo le regalaron una tetera con filtro,
una lata de té rojo en hebras
y un mini-reloj de arena.
Tomar té se convirtió en un ritual que divide
mi día: dos teteras, una a la mañana y otra a la tarde.
Es frenar 7 minutos, cada vez. Estoy obligada
porque eso me demanda la preparación.
Cuando soplo la taza y sorbo despacito,
me concentro, me alento, es muy zen.

Hoy fui al barrio chino y me compré una tetera nueva
es chata, verde agua, de hierro muy pesada,
como una gran pagoda china. También me traje dos tacitas
sin manitos, con dibujos de flores.

Lo que se esconde en este "tomar-te", creo,
es que estoy tomando a alguien. En cada sorbo,
me impregno de otro ser.
Es bueno hacerse un tiempo para eso.